EsTA...TA o no esTA..TA
Ganaba en el debut con goles de Agüero y Messi de penal y estaba para golear. Pero Paraguay lo presionó con centros en el segundo tiempo y llegó al 2-2 definitivo con goles de Haedo y Barrios.
El empate le deja un gusto amargo al equipo de Tata Martino que ganaba 2-0 con los goles de Agüero y Messi, de penal, y parecía cómodo, que tuvo situaciones para golear y que se fue desinflando, retrocedió mal, no mejoró con los cambios y lo terminó pagando muy caro. El primer tiempo fue un dominio absoluto de Argentina. Desde el primer minuto el trámite quedó claro. Los once paraguayos en su campo, parados 4-5-1, con una marca escalonada. Salía Víctor Cáceres a hacerle sombra a Messi, lo relevaba Ortigoza y esperaban agazapados los defensores para achicar líneas.
Así trataban de cortar el circuito de juego argentino.Con Banega y Pastore como ejes en el medio y abanicando la pelota de banda a banda.
Con el dominio absoluto de la pelota y con el equipo de Ramón Díaz replegado, enseguida los laterales se sumaron al mediocampo y el equipo argentino defendía con el triángulo Garay-Otamendi-Mascherano.
No le encontraba la vuelta y necesitó de un regalito para destrabar el partido a los 28 minutos. Encaró Messi del medio hacia la derecha, encerrado en la marca de dos defensores. Parecía que el avance se diluía pero Miguel Samudio, que ya había ganado la posición, intentó tocar atrás para su arquero.
El pase fue muy débil, quedó corto y lo aprovechó el Kun Agüero, que definió con clase: gambeta larga frente a Antony Silva y toque para el 1-0.De mitad para adelante las posiciones nunca quedaban fijas.
Di María apareció por derecha en la jugada que terminó en el penal de Samudio y que Messi transformó en el 2-0. Pastore flotó por el frente de ataque y Agüero entraba y salía del corazón del área.
En el segundo tiempo, a Paraguay no le quedó otra que salir un poco de su trinchera. Y se armó otro partido. El gol de Nelson Haedo Valdez, con un derechazo fuerte que se coló por encima de Romero, activó al equipo de Martino, que estaba demasiado cómodo con la ventaja.
Los cambios no ayudaron a mejorar al equipo: Higuaín y Tevez oingresaron al mismo tiempo por Agüero y Pastore. Pero el equipo precisaba tenencia de pelota y marcar territorio en el mediocampo.
Ya no había ideas. Era apostar a que una gambeta de Messi liquidara la historia o que los paraguayos fallaran en la definición, como lo hicieron hasta esa pelota parada del final. Llegó el centro de Ortigoza, la bajaron para la entrada de Lucas Barrios y el mediocampista sacó un latigazo, seco, que dejó sin nada para hacer a Sergio Romero.
El debut fue un paso en falso.
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