Y DIOS QUIZÓ SU ASCENSO A LOS CIELOS
Rodolfo Motta es un nombre que quedará unido para toda la eternidad con el fútbol en general y con el ascenso argentino.
El histórico jugador y entrenador, identificado con Nueva Chicago, falleció este lunes a los 70 años.
En Mataderos se enamoró del fútbol y de los colores de Nueva Chicago, donde creció vestido de negro y verde hasta llegar a las inferiores del club y debutar en Primera.
Como jugador, pasó por Deportivo Italiano, Deportivo Español, Deportivo Morón, Excursionistas, Quilmes y Estudiantes de Buenos Aires. Como técnico lo hizo también enTemperley, Almagro, Platense y Ferro.
En el exterior, dirigió a Sporting Cristal, de Perú, y Emelec, de Ecuador.
Técnico que debutó en Estudiantes de Buenos Aires pero hizo historia en "su" Nueva Chicago.
En su primer año, logró la permanencia en Primera División.
En cuatro etapas diferentes fue su DT pero ninguna tan gloriosa como cuando en 2006, con un equipo inolvidable, ascendió a la máxima categoría del fútbol vernáculo.
Lo identificó, un largo tiempo, su larga melena enrulada, convirtiéndolo en un personaje singular. Durante una época se caracterizó como "salvador" de equipos que buscaban eludir el descenso. Amante de la táctica, le gustaba desarrollar sus ideas futbolísticas en largas charlas de café con sus amigos.
Típico porteño, criado en Mataderos, su familia era otra de sus grandes pasiones. Su esposa Elida, sus hijos Andrea y Pablo y sus nietos Matías, Micaela y Gastón fueron su gran sostén, sobre todo en estos últimos tiempos.
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