El clásico del sábado en el Camp Nou pondrá una vez más frente a frente a Josep Guardiola (Barcelona) y José Mourinho (Real Madrid), dos entrenadores aparentemente muy diferentes, pero que en algunas fases de la temporada han tenido reacciones sorprendentemente similares.
A primera vista, el educadísimo 'Pep' y el provocador 'Mou' no tienen mucho en común, pero en las últimas semanas, coincidiendo con los momentos decisivos de la batalla en la liga, hay gestos de uno que recuerdan al otro y viceversa.
En los últimos partidos la televisión ha 'cazado' a Guardiola discutiendo con el árbitro con el dedo levantado, en actitud recriminatoria, cuando una de sus señas de identidad es el respeto total hacia la actitud de los colegiados.
Fue Mourinho, a principios de marzo, quien llamó la atención sobre la proximidad de los dos caracteres.
"Hay gente, mucho más inteligente que yo, que consiguen vender una imagen completamente diferente de la mía, pero en el fondo es igual que yo", había subrayado el técnico portugués, sin citar en ningún momento a Guardiola.
El técnico catalán no tardó en responder, dándose por aludido.
"Nos parecemos en que queremos ganar, pero no tengo la sensación de que nos parezcamos, si es así alguna cosa habré hecho mal", señaló Guardiola en una rueda de prensa.
"Nunca he deseado ponerme a su altura. Hay imágenes que valen por todo y millones de ruedas de prensa.
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Los dos queremos ganar pero los caminos son muy distintos", aseveró.
En un año en el que el Barcelona está teniendo más problemas que en anteriores temporadas, los nervios han traicionado a Guardiola en las formas y no ha podido mantener siempre su imagen de 'gentleman' del fútbol.
Tras la tarjeta roja que vio Gerard Piqué ante el Sporting de Gijón a principios de marzo y la decisión del Comité de Competición de abrir un proceso disciplinario contra el jugador, por haber dicho que era una expulsión "premeditada", el Barça y su técnico respaldaron al defensor.
Después de la ida de los cuartos de final ante el Milan (0-0), donde no se pitaron dos penales a favor del Barcelona que parecían claros, Guardiola no quiso contradecir a sus jugadores, que se quejaron insistentemente de la actuación arbitral.
En lo que todavía no se parecen Mourinho y Guardiola es en la política de comunicación, ya que el primero intenta controlar en todo momento qué dicen sus jugadores y el segundo aboga por la libertad de expresión, sin marcar pautas corporativas. Mourinho lleva unas semanas especialmente silencioso, esquivando a la prensa, especialmente desde la 'huelga de declaraciones' que rigió durante unos días tras el empate 1-1 en marzo en Villarreal.
Con ello, el portugués evita tener problemas por su carácter en la sala de prensa.
Pero más allá de cuestiones de carácter, se mantienen las diferencias en la concepción del fútbol.
El portugués del Real Madrid prioriza la eficacia y evitar riesgos, mientras que Guardiola es siempre fiel a su filosofía ofensiva y de toque, incluso en las derrotas, como la registrada el miércoles por 1-0 en el terreno del Chelsea.
La batalla Barcelona-Real Madrid y Guardiola-Mourinho vive el sábado uno de sus episodios más importantes, ya que un triunfo blanco en el Camp Nou permitiría al equipo de la capital destacarse siete puntos como líder, lo que dejaría el título español ya muy cerca.
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