Pico Mónaco hizo lo que pudo o, en realidad, lo que le permitieron hacer. Juan intentó y buscó la victoria en el primer punto de la serie final de la Copa Davis hasta donde Rafael Nadal se lo permitió. Y se lo permitió muy poco, apenas un game, aunque de arranque ya lo puso en jaque.
El español no sólo dejó 1-0 a su país, sino que envió un mensaje muy claro con el 6-1, 6-1 y 6-2.
El inicio del encuentro evidenció rápidamente las diferencias entre el número dos del mundo y mejor jugador de la historia en polvo de ladrillo sobre el tandilense, que se vio obligado a levantar tres puntos de quiebre en el primer game. Nadal quebró muy rápido, en el tercer juego del partido, y eso disparó su confianza a las nubes y así empezó a deteriorar la de Pico Mónaco, que tuvo que redoblar esfuerzos para conseguir cada punto, mientras del otro lado volvía todo y, muy a menudo, volvía a lugares imposibles de llegar.
Por eso el primer set se fue muy rápido, en 48 minutos, y el segundo más rápido aún, en 43 minutos, con la misma tónica e intensidad tras otro quiebre de Rafa y un torbellino de tenis que se llevó puesto al tandilense.
El argentino llegó a anotar dos games en su tablero en el tercer capítulo y, literalmente, se raspó las rodillas en medio de la lucha, por lo que tuvo que ser atendido. Sucedió en un fantástico rally que terminó en punto para Nadal y en quiebre para 3-2: después de un gran smash casi de espaldas a la red y de traer una pelota desde fondo, Rafa ganó en la red tras varios drops.
En el segundo punto del día de singles,Del Potro la peleó hasta el final, pero cayó por 6-2, 6-7(2), 3-6, 6-4 y 6-3 y el equipo albiceleste quedó al borde del precipicio. En un primer set que comenzó parejo, el local fue marcando la diferencia con su sobriedad desde el fondo de la cancha y su efectividad con el segundo saque. El segundo set tuvo a un Del Potro más activo en ataque y a un rival que no se amilanó y devolvió todo desde atrás.
El tandilense alcanzó en el quinto game algo inédito hasta el momento en la serie: un quiebre para Argentina. Ferrer se recuperó en el octavo y mandó las cosas al tie break, que finalmente fue para Delpo por 7-2.
Del Potro salió mucho más confiado y certero al tercero. Ferrer, para ese entonces, había perdido constancia y algo de ánimo. El argentino entonces se recuperó de un inesperado 0-1 y con dos quiebres en el sexto y el octavo game, firmó un cómodo 6 a 3.
Parecía sellado, porque los estados mentales de uno y otro así lo confirmaban, pero en tenis no vale de nada pronosticar. Porque de la nada, el local reaccionó y aprovechando una grave laguna física del tandilense, se puso en juego una vez más con un claro 6-4 en el cuarto.
En el cuarto, con más de tres horas de juego, el físico de ambos jugadores comenzó a pasar factura. Fue entonces el momento de mayores emociones. Un quiebre del español levantó al público local, pero Delpo recuperó rapidamente. Entre tanta paridad, la Torre cedió el set con una doble falta.
En el quinto no hubo partido: Ferrer salió en llamas y con mejores piernas, obligó a que su rival terminara de desgastarse para luego sentenciarlo.
Mañana el dobles decidirá como será el día Domingo.
El inicio del encuentro evidenció rápidamente las diferencias entre el número dos del mundo y mejor jugador de la historia en polvo de ladrillo sobre el tandilense, que se vio obligado a levantar tres puntos de quiebre en el primer game. Nadal quebró muy rápido, en el tercer juego del partido, y eso disparó su confianza a las nubes y así empezó a deteriorar la de Pico Mónaco, que tuvo que redoblar esfuerzos para conseguir cada punto, mientras del otro lado volvía todo y, muy a menudo, volvía a lugares imposibles de llegar.
Por eso el primer set se fue muy rápido, en 48 minutos, y el segundo más rápido aún, en 43 minutos, con la misma tónica e intensidad tras otro quiebre de Rafa y un torbellino de tenis que se llevó puesto al tandilense.
El argentino llegó a anotar dos games en su tablero en el tercer capítulo y, literalmente, se raspó las rodillas en medio de la lucha, por lo que tuvo que ser atendido. Sucedió en un fantástico rally que terminó en punto para Nadal y en quiebre para 3-2: después de un gran smash casi de espaldas a la red y de traer una pelota desde fondo, Rafa ganó en la red tras varios drops.
En el segundo punto del día de singles,Del Potro la peleó hasta el final, pero cayó por 6-2, 6-7(2), 3-6, 6-4 y 6-3 y el equipo albiceleste quedó al borde del precipicio. En un primer set que comenzó parejo, el local fue marcando la diferencia con su sobriedad desde el fondo de la cancha y su efectividad con el segundo saque. El segundo set tuvo a un Del Potro más activo en ataque y a un rival que no se amilanó y devolvió todo desde atrás.
El tandilense alcanzó en el quinto game algo inédito hasta el momento en la serie: un quiebre para Argentina. Ferrer se recuperó en el octavo y mandó las cosas al tie break, que finalmente fue para Delpo por 7-2.
Del Potro salió mucho más confiado y certero al tercero. Ferrer, para ese entonces, había perdido constancia y algo de ánimo. El argentino entonces se recuperó de un inesperado 0-1 y con dos quiebres en el sexto y el octavo game, firmó un cómodo 6 a 3.
Parecía sellado, porque los estados mentales de uno y otro así lo confirmaban, pero en tenis no vale de nada pronosticar. Porque de la nada, el local reaccionó y aprovechando una grave laguna física del tandilense, se puso en juego una vez más con un claro 6-4 en el cuarto.
En el cuarto, con más de tres horas de juego, el físico de ambos jugadores comenzó a pasar factura. Fue entonces el momento de mayores emociones. Un quiebre del español levantó al público local, pero Delpo recuperó rapidamente. Entre tanta paridad, la Torre cedió el set con una doble falta.
En el quinto no hubo partido: Ferrer salió en llamas y con mejores piernas, obligó a que su rival terminara de desgastarse para luego sentenciarlo.
Mañana el dobles decidirá como será el día Domingo.
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