miércoles, 13 de abril de 2011

Y YA LO VÉ Y YA LO VÉ ES EL EQUIPO DE JOSÉ



JUAN JOSÉ PIZZUTI, Y SU GRAN LOGRO

Juan José Pizzuti, alias Tito, o tan sólo José, nació en Buenos Aires, en el barrio de Barracas, el 27 de mayo de 1927. Se inició en Banfield donde debutó en 1946 y se consagró goleador con 27 goles en 1949. Luego de pasar por River (más tarde también jugaría en Boca en dos oportunidades), llegó a Racing en 1952, dónde debutó en abril (contra Platense).

En Racing jugó 215 partidos hasta abril de 1962 y con sus 118 goles es el segundo máximo goleador en la historia del club (sólo detrás de Evaristo Barrera, que tiene 136). En su segundo torneo, en 1953, se convirtió nuevamente en goleador del campeonato.
Salió campeón en “La Academia” en 1958 y en 1961, resultando, además, goleador del equipo en la segunda conquista.
A su vez, integró la Selección Argentina en 12 oportunidades, en las que anotó 4 goles. Allí fue campeón de América en 1959, destacándose un gol que le anotara al Brasil campeón mundial del ‘58.
El brillante estratega que, con el tiempo, pasó de la delantera al mediocampo, siempre le gustó definirse como un “obsesionado del gol”, y aún arrancando desde atrás, marcaba con gran facilidad.
Naturalmente, ese talento pensante lo hizo transformarse luego en técnico, y tras dirigir a Chacarita Jrs., regresó a Racing en 1965 para escribir una página grande de historia. Tito fue el inventor del equipo revolucionario que ganó todo: El “equipo de José”. Fueron 39 partidos invictos, el campeonato del ’66, la Libertadores del ’67 y la más importante, la Intercontinental contra el Celtic escocés para que Racing fuera el primer argentino campeón del Mundo.

                           

Acá la gran historia, en la Copa Libertadores de ese año volvieron a participar los equipos brasileños, aunque en realidad sólo tuvieron un representante, Cruzeiro. Además, aquella edición tuvo record en cantidad de partidos jugados hasta ese momento, fueron 117 los encuentros que se disputaron y por ejemplo, campeón y subcampeón jugaron 20 y 19 partidos respectivamente. Compitieron 18 equipos de diez países distintos. En la primera fase, Racing integraba el grupo 2 junto a River Plate, Independiente Santa Fe e Independiente Medellín, de Colombia y Bolívar y 31 de octubre, de Bolivia. Terminó puntero de la zona con 17 puntos, 8 partidos ganados, 1 empatado y uno perdido. Así avanzó a semifinales, las cuales consistían en dos grupos y el líder de cada uno era el que avanzaba a la final. La Academia integró el 1 junto a River, Universitario de Perú y Colo Colo y finalizó en la primera posición aunque compartiendo la misma con los peruanos. Por lo cual, debió jugarse un partido de desempate en Santiago, que Racing ganó por 2 a 1 accediendo así a la final. En la misma lo esperaba Nacional, que accedió a ella tras salir primero del grupo 2, en el que también estaban Cruzeiro y Peñarol.
La ida de la final se jugó el 15 de agosto en Avellaneda, ante 55 mil personas y finalizó 0 a 0. La vuelta, disputada diez días después en el Centenario y con 60 mil espectadores arrojó el mismo resultado. Por lo cual, todo debió definirse en un tercer partido.

                        

Ese match tuvo lugar el 29 del mismo mes en el Estadio Nacional de Santiago. Cincuenta mil personas se hicieron presentes en el enfrentamiento entre dos muy buenos equipos. Por el lado de Racing jugaban nenes de la talla de Agustín Mario Cejas, Roberto Perfumo, Alfio Basile, el “Bocha” Maschio (que había vuelto el año anterior de Italia) y el “Chango” Cárdenas, entre otros. Pero el equipo uruguayo no se quedaba atrás, ya que también contaba con grandes jugadores como Rogelio Domínguez, Manicera, “Cococho” Álvarez, Ubiña, Montero Castillo, Víctor Espárrago y “Cascarilla” Morales entre otros. A los 14 minutos, Racing se puso en ventaja a través de Cardozo. A los 43, estiró la misma gracias a la anotación de Raffo y recién a los 79, Viera pudo descontar para los charrúas. Así, el partido finalizó 2 a 1 y le dio el título continental al equipo de Avellaneda.
Este fué el equipo, Cejas, Perfumo, Díaz, Martín, Mori, Basile, Cardozo (Parenti), Rulli, Cárdenas, Raffo, Maschio.
Al mismo tiempo, en el Viejo Continente, el Celtic escocés ganaba la Copa de Europa. En los dieciseisavos de final derrotó por un global de 8 a 0 al Zurich suizo, en octavos por 6 a 2 al Nantes de Francia, en cuartos por 2 a 1 al FK Vojvodina serbio y en semis 3 a 1 al Dukla Praga checo. En la final debió enfrentarse nada menos que con el durísimo Inter de Helenio Herrera, aunque ya sin su gran figura; el español, Luis Suárez. El partido se jugó en el Estadio Nacional de Lisboa antes 56 mil espectadores y los escoceses se impusieron 2 a 1.

                       

Así llegaría la finalísima de la Copa Intercontinental, el partido de ida se jugó el 18 de octubre en el Hamden Park, en Glasgow. Ese encuentro terminó 1 a 0 a favor de los locales gracias a la anotación de McNeill en el minuto 69. El 1ro de noviembre se jugó la revancha en Avellaneda y el partido comenzó favorable a los visitantes, ya que en el minuto 21 se pusieron en ventaja con gol de Gemmel, de penal. A los 48, Norberto Raffo marcaría el empate, aliviando a las miles de personas que habían llenado el Cilindro, pero los minutos pasaban y todo indicaba que los escoceses se alzaban con la Copa. Hasta que en tiempo de descuento apareció el inolvidable José Cárdenas para marcar el 2 a 1 que estiraba la definición a un tercer partido.
Ese juego de desempate se disputó el 4 de noviembre en el Estadio Centenario, en Montevideo. El partido fue muy áspero, por lo que el árbitro paraguayo Pérez Osorio tuvo que expulsar rápidamente a Lennox, Alfio Basile y Johnstone. El juego era parejo, y cada pelota se disputaba como si fuera la última, por lo cual solo algún destello de una individualidad parecía poder quebrar esa paridad. Y el que aparecería para quedar en la historia sería el “Chango” Cárdenas, quien en el minuto 56, tras recibir un pase de Rulli y desde 30 metros, sacó un zurdazo que se metió en el ángulo derecho del arco defendido por Fallon. A partir de allí, Racing administró la ventaja y terminó quedándose con el partido y con la gloria mundial.

                       

Este fue seguramente el mejor equipo de Racing en toda su historia, y además es recordado por su estilo de juego de gran dinámica, los jugadores no tenían posiciones fijas y estaban en constante movimiento, lo cual era revolucionario para la época, y su técnico Juan José Pizzuti.




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