SE DESPIDIÓ DE SU ARTE EN EL 2007 Y EN LA ACTUALIDAD NO SE PUEDE VER UN JUEGO COMO EL DE ZIZOU:
El fútbol del mundo está perdiendo día a día ver la habilidad e inteligencia dentro de un campo de juego, el último mundial lo confirmó, debemos encontrar un Zidane.
Nacido en Marsella hace 38 años, comenzó en las calles del barrio La Castellane, suburbio marsellés donde los inmigrantes africanos y sus hijos aprenden a ser franceses, con el común denominador de una pelota de fútbol.
Sus padres Ismael y Makila llegaron desde Argelia para que ni a él ni a sus cuatro hermanos les faltara nada.
Todos lo llamaban Yaz, y con ese apodo empezaron a admirarlo en todos los clubes infantiles y juveniles por los que pasó. Debutó en Primera, en 1989, con el Cannes, no había cumplido los 17 años, pero ya era Zizou, intentaron llevárselo del Olimpyque pero el Bordeaux pudo más y recaló allí.
En 1994 llegó el debut con la Selección Francesa, y enseguida todos supieron que el heredero de Michel Platini había aparecido, siempre las benditas comparaciones sabiendo que todos somos diferentes y así creo, lo demostró Zidane.
En Juventud sumó goles, prestigio y acaparó muchos títulos, pero la dimensión como a verse en el mundial 1998 , donde Francia fue local, y allí levantó la copa tan preciada del fútbol mundial.
Algunos comentarios periodísticos fueron como este, Zidane es un genio en estado puro, en cualquier momento de un partido, él puede hacer lo que otro futbolista no podrá hacer nunca, y era así literal.
Fue por la Eurocopa 2000 en Holanda y regresó a su país con el trofeo.
Se acercaban sus últimos años y debía ocurrir algo más, formó parte de los galácticos del real Madrid en el 2001, ganando la Liga de Campeones de Europa 2002 y –a fin de año- la Intercontinental en Japón, ante Olimpia de Paraguay.
Pero defendiendo la blue de su país no pudo despedirse como quería, en el mundial del 2002, perdiéndose los dos primeros partidos por una lesión, quedaron eliminados en primera fase y dijo basta a su selección.
Fueron 108 partidos y 31 goles con la camiseta gala, más de 600 partidos oficiales con los cuatro clubes que defendió, más de una decena de títulos aquí y allá… pero su estética no puede medirse desde la estadística. Para vibrar con su genio, sólo hace falta amar al fútbol.
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