MAS SENCILLO QUE LO ESPERADO
La victoria fue de principio a fin. No hubo equivalencias. Si bien Venezuela llevó al norte de Brasil un plantel sin todas sus figuras, era un equipo difícil de vulnerar: duro en defensa y rápido para aprovechar las transiciones tras las pérdidas nacionales. Sin embargo, los dirigidos por Pablo Prigioni tuvieron una tarde soñada, dado que estuvieron firmes en ambos aros. Por un lado, se hicieron fuertes en la zona pintada contraria con un gran partido de los internos (principalmente de Gabriel Deck, otra vez goleador nacional con 12 puntos, aunque también de Marcos Delía y de Juan Pablo Vaulet) y con la magia de siempre de Facundo Campazzo, que se erigió nuevamente con el titiritero del ataque argentino. Jugaba y hacía jugar. Figura absoluta.
El segundo tiempo se disputó de manera protocolar para darle rodaje a los jugadores que menos minutos venían teniendo en el torneo y para probar diferentes variantes.
Ya sin el quinteto titular que inició en los todos los encuentros del torneo (Campazzo, Laprovittola, Delfino, Deck y Delía), Venezuela logró achicar la diferencia y superar, a falta de 1m30s para la chicharra final, pasar la barrera de los 50 puntos.
En las semifinales, instancia en la que se medirá con Estados Unidos, que venció de manera agónica a Puerto Rico por 85 a 84.
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