SIENTE Y VIVE EL BASQUET COMO LO QUE ES , UN JUEGO
Atrevido para jugar. Petiso impredecible. Frescura.
Defensor pertinaz ayudado por sus largos brazos. Rapidísimo con la pelota atravesando la cancha. Base con personalidad. Triplero con conversiones inesperadas.
Encarador para llegar a fondo como una estocada. Revulsivo en el juego.
Ganador. Tiene 22 años, pero parece un veterano. Así es Facundo Campazzo.
Sergio Santos Hernández, el entrenador más campeón de la historia, lo hizo debutar en la Liga Nacional.
En Alta Córdoba, el barrio de la ciudad del río Suquía y La Cañada. La intersección de Avellaneda y Quevedo.
Año 1996. Con 5 años, Facundo Campazzo empezó a picar la pelota en el club Municipalidad de Córdoba. Alta Córdoba, el barrio de la ciudad del río Suquía y La Cañada.
Facundo reconoce a los entrenadores que fueron fundamentales en su etapa formativa en Municipalidad: Roberto Dall’Amore, Sixto Enrique, Cristian Pons y los hermanos Mario y Sergio González.
Con Unión Eléctrica viajó a Mar del Plata en octubre de 2006 a disputar el cuadrangular de la zona Centro de la Liga Nacional Juvenil (Campeonato Argentino de Clubes –Categoría Juvenil en la denominación oficial).
Fue el cruce de su destino. No se clasificó, terminó en el tercer puesto, pero cautivó a Osvaldo Mario Echeverría, el entrenador de Peñarol, y ahí quedó marcado para su traslado a La Ciudad Feliz.
Su ascenso fue progresivo y vertiginoso como se aprecia en sus números estadísticos.
Sus temporadas en la Liga Nacional registraron sucesivamente estos totales de partidos jugados: 24 – 48 - 57 (todos) - 59 (todos).
Sus promedios de puntos por partido, por temporada, fueron: 1,5 - 5,7 - 6,8 - 14,2.
El total por edición de sus asistencias revela que también está en la construcción del juego: 12 – 75 – 108 - 350.
Siempre fue en ascenso y está lejos del techo.
En los Juegos Olímpicos de Londres un chico de 21 años demostró que el puesto de base no le quedó grande.
Estuvo en los ocho partidos de Argentina y fue el sexto hombre del plantel con más minutos en cancha. Incluso, de golpe, debió asumir la responsabilidad total de la conducción en tres encuentros por el cólico renal sufrido por el titular Pablo Prigioni.
Se le atrevió a Kobe Bryant es hoy el jugador más famoso de la NBA. Tuvo dos encuentros cercanos con Facundo.
En el amistoso de Barcelona le puso una tapa espectacular. “Lo seguía mirando para certificar que era Kobe, me parecía un sueño”.
En los Juegos Olímpicos de Londres protagonizaron un roce. “Me cagó a pedos por una picardía mía. En un tiro, a Carmelo Anthony le toqué la panza y cayó mal. Le pedí perdón porque me di cuenta de que fue algo innecesario”.
Dice de Prigioni, el es más pensante, yo soy más impulsivo. Me ayudó a ser un conductor agresivo y tranquilo a la vez”.
Su crecimiento y adultez lo hace reflexionar, “Hay un ‘Facundo malo’ que estoy tratando de desterrar. Por ejemplo, meter el pie no lo hago más. También fue un acto de inconsciencia haberle pegado a Pipa Gutiérrez en las finales”.
Apenas 22 años, ya fue olímpico y ahora va por un mundial el de España 2014.
Facundo Campazzo sigue jerarquizando su camino en el básquetbol.
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