sábado, 25 de febrero de 2012

EL ORIGEN DE LA GENERACIÓN DORADA DE BASQUET QUE VA RUMBO AL BRILLANTE


 La formación este grupo de muchachos no es algo caído del cielo, son jugadores , ahora profesionales y consagrados que vienen de muchos años de jugar juntos y todos con los genes de aquellos basquebolistas que hicieron historia también. 
No por haber sido medallas olímpicas, sino por ser haber marcado el inicio del basquet grande en la Argentina, aquellos que hicieron nacer la liga Nacional de Basquet. 
Y como un cuento tuvo un inició y esto fue allá por el año 1980, donde se obtuvo la clasificación para los Juegos Olímpicos de Moscú de 1980, y allí, en esa sorprendente San Juan de Puerto Rico, la Selección argentina de básquetbol había conseguido algo que no se lograba desde 1952, en los Juegos de Helsinki. No eran tiempos de Liga Nacional todavía, porque el persistente machacar del inolvidable León Najnudel no encontraba oídos y mentes abiertas aún.
Se jugaba el torneo porteño, y los animadores era Ferro Carril Oeste, Gimnasia de La Plata y Obras Sanitarias. n Ferro, los chicos de León Najnudel mostraban sus credenciales, encabezados por el excelente santiagueño Miguel Cortijo (que tenía ojos en la nuca y un talento incomparable a sus 22 años), con Vicente Pellegrino, Javier Maretto, Luisito González (el más alto, con 2,12m) y Luis Oroño, papá de la futura mujer de Manu Ginóbili. 
Y todavía jugaba Mario Scola, el papá de Luis, gran figura en el Preolímpico de Mar del Plata.
En Obras, los más experimentados y consagrados: Cadillac, Chocolate Raffaelli, Perazzo y el yanqui Mark Wasley.
Y en el Lobo, un monstruo del lanzamiento casi perfecto: Carlos Gallego González, retornado de Brasil. La Argentina jugó un torneo fantástico, que sirvió para prolongar la alegría de haberle ganado a Brasil el Sudamericano de 1980, que se hizo en Bahía Blanca.
Se arrancó perdiendo contra los locales por 99-93, con un arbitraje que nos hizo gritar hasta a los pocos periodistas argentinos por el parcialismo de los jueces. Enseguida llegó un cómodo 104-79 a México, derrota ajustada con los sólidos canadienses (89-86) y tres triunfos para conseguir el pasaporte a Moscú: primero hubo éxito ante Uruguay (97-86), y después llegó la fiesta con el 118-98 a Brasil, la noche que el Coliseo Roberto Clemente aplaudió de pie a los argentinos, cuando Chocolate Raffaelli metió 36 puntos (y no había lanzamientos triples). en el último juego, con triunfo 86-75 ante los cubanos, que eran candidatos de fierro para ir a Moscú y se quedaron afuera. Argentina terminó tercera, con la clasificación en el bolsillo. 
La conducción técnica era de Miguel Ángel Ripullone, y también colaboraba el respetado yugoslavo Ranko Zeravika. Con nosotros, entraron Puerto Rico y Canadá. 
 Pero lamentablemente nuestra otra historia, mas la política mezclada con el deporte, hizo que la dictadura diga no a los Juegos Olímpicos en Moscú, repitiendo los argumentos yanquis del boicot olímpico como represalia por la invasión soviética a Afganistán.
Una pena enorme en los jugadores, por el esfuerzo realizado, la política y el deporte nunca deben juntarse fue la moraleja.


Pero en la década del 2000 aparecieron estos jugadores y escribieron su historia. FIBA organiza los Campeonatos Mundiales y los Juegos Olímpicos, cada 4 años, intercalados.
El básquet fue incluido como deporte olímpico en 1936, y Estados Unidos ganó todos los torneos excepto cuatro, Munich 1972, Moscú 1980 (donde no participó por un boicot político), Seúl 1988 y Atenas 2004 (donde ganó Argentina). 
Con la llegada de la “Generación Dorada”, se consiguió un excelente resultado en cuatro torneos consecutivos. Subcampeones del mundo en Indianápolis 2002. 
Desde este momento Argentina comenzó a hacer historia.  Por primera vez, un equipo con estrellas de la NBA fue derrotado. Dos años después, lograron la Medalla de Oro en Atenas 2004 (también venciendo a una selección de Estados Unidos con jugadores NBA en la semifinal).
En el Mundial de Japón 2006, cuarto puesto (perdiendo la semifinal con España y el bronce con EEUU).  Finalmente, en los Juegos Olímpicos de Beijing 2008 con una Medalla de Bronce, y un quinto puesto en el mundial de Turquía 2010. 



El último preolímpico de Mar del Plata el pasado año, los coronó y les posibilitó ir rumbo a ese brillante que le falta al dorado de su trayectoria.
Londres es la cita ,el final de esta generación, pero no el final del cuento.

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