viernes, 17 de septiembre de 2010

BETO MÁRCICO EL SEÑOR FUTBOL


ALBERTO JOSÉ MÁRCICO EXQUISITEZ E INTELIGENCIA CON LA PELOTA

Alberto José Márcico es "el jugador de fútbol" argentino nacido el 13 de mayo de 1960 en Corrientes, pudo haber sido en Entre Ríos, Santa Fe o Paraguay, pero el nació en el norte correntino para bajar a los barrios porteños cuando despuntaba Johan Cruyff, tal vez su espejo.
Beto es el menor de la familia y en los años del Mundial 78, ya duplicaba su salario jugando en la villa. Allí le llegaban los pedidos para los equipos que se encontraban villa adentro: la importancia de salvar el mango y el desequilibrante Beto. Una tarde como cualquier otra cruzó el puente y se fue a probar a Rácing. Cacho Jiménez lo tomó pero no llegó a tiempo para fichar.
Y se generó el mito, apareció un pibe de 20 años que llegó al club de la mano de un allegado a Timoteo (Griguol) después de verlo jugar en la calle. Ferro ascendía de la mano del ídolo Cacho Saccardi – vuelto del Hércules - después de un duelo inolvidable frente a Almirante Brown para lograr asentarse definitivamente en primera división.

Ferro logró dos campeonatos, dos subcampeonatos y una presencia ininterrumpida durante cinco años en los primeros puestos de cuanto se jugara en Argentina.
El Beto apenas tuvo presencia en el título de 1982 , pero fue líder y figura del Nacional 1984, antes de recibir el Olimpia de Plata que el año anterior le habían vetado para premiar a Ricardo Bochini.
Fue un delantero potente y habilidoso, se caracterizó por el manejo de su cuerpo para deshacerse de adversarios.

Con el pase en su poder , se fue a Toulouse donde brilló – sin salir campeón - durante siete años, mechando premios y participaciones en la selección argentina cuya brevedad sólo puede explicar un personaje como Bilardo y un marciano como Maradona. Beto brillaba en el mejor momento de Diego consagrándose en el mundial de México 1986.

En 1992 Antonio Alegre y Carlos Heller lo traen a Boca. Menos goleador que fabricante mágico de espacios cambió el 9 por el 10 para cumplir su sueño: levanta a un alicaído xeneize, sale campeón y la Bombonera llena iluminó una noche de viernes con miles de llamas de encendedor para cantarle el feliz cumpleaños. Ya era un Beto grande.

Allí obtuvo el Campeonato Apertura 1992, la Copa Master de Supercopa ganándole la final frente a Cruzeiro de Brasil en 1992 y la Copa de Oro Nicolás Leoz al año siguiente, derrotando al Atlético Mineiro. En el equipo de la ribera jugo 154 partidos y anotó 15 goles.
Y a los 36 años tuvo el ofrecimiento que se le hacen a los ídolos de parte de Ferro, pero su maestro Timoteo estaba dirigiendo Gimnasia La Plata , y allí se dirigió para terminar su carrera en el equipo tripero.
Como en sus mejores épocas y sin que se notasen sus 36 años, Márcico se convirtió en una de las figuras del Torneo Clausura en el que Gimnasia fue subcampeón por debajo de Vélez Sársfield, y señaló 10 goles.

También tuvo como premio una convocatoria por parte de Daniel Passarella a la Selección de fútbol de Argentina, aunque no llegó a jugar.

Sin dudas el título de esta nota esta bien puesto, fue el señor fútbol, tenía todo dentro de la cancha, la fineza de un 10 y la potencia y gol de un centrodelantero, pero también tuvo y mantiene ese respeto de todos los amantes de este deporte, sin interesar que simpatía tiene cada uno.

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